Nos encontramos en la época del año donde los
premios cinematográficos se entregan y vemos ceremonias, estatuillas, etc. a
doquier. De todo ello me viene la siguiente reflexión:
Un símbolo (del latín
simbŏlum, y este del griego σύμβολον) es la representación perceptible de una
idea, con rasgos asociados por una convención socialmente aceptada.
Es un
signo sin semejanza ni contigüidad, que solamente posee un vínculo convencional
entre su significante y su denotado, además de una clase intencional para su
designado. Imagen, figura, etc.,con que se representa un concepto moral o
intelectual por analogía o por convención.
Observando unas y otras, se ve muy
claro las características de la industria cinematográfica en este caso de la española y de la norteamericana.
Figuras, colores, diseños, metales, hablan por si solos. Bien sabemos que una imagen vale más que mil palabras o discursos. Hemos de hacer un ejercicio de reflexión y como resultado un CAMBIO, si verdaderamente queremos y deseamos mejorar y desarrollar nuestra industria, cultura y arte cinematográfico.
NO a imágenes decadentes, tristes y oscuras. NO a símbolos de animalidad, de máscara y de miedos.
SI a imágenes erguidas, alegres y luminosas. SI a símbolos de unidad, de abundancia y de confianza.
Recordemos la máxima de que "lo exterior es el reflejo de lo interior" o la de los grandes alquimistas "transformar el plomo en oro".
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