¿Qué pasa con el cine en
España? ¿Existe realmente apoyo institucional? ¿Sólo se puede hacer cine cuando
esté financiado por una cadena de televisión?
Estas y otras muchas
cuestiones se analizaron el pasado 3 de noviembre dentro del ciclo “Los martes
de DAMA”. El actor Daniel Guzmán nos habló de su experiencia para rodar su
primera película “A cambio de nada”.
No podemos compararnos con
Estados Unidos pero sí podemos mirar qué ocurre con el cine en países cercanos
como Francia. Las grandes diferencias entre Francia y España es que allí el
cine se considera patrimonio cultural y aquí no. Allí cuentan con un fondo para
la cinematografía de 700 millones de euros y aquí de 32. Y allí existen
exenciones fiscales para la inversión privada en la producción cinematográfica
y aquí no.
¿Hasta cuándo se va a seguir
con esta falta de interés, de incentivos y de presupuesto?
Por otro lado, el guion es
lo que mueve la industria y no hay ayudas en el fondo de cinematografía para
los guiones. Así se tiene que acudir a los grandes inversores que son las
televisiones y éstas solo apuestan por proyectos de ganancia segura.
¿Qué pasa con el cine
minoritario? ¿Qué pasa con las películas entre uno y dos millones de euros?
Pues que supone un esfuerzo titánico el llevarlas a cabo.
Con todas estas premisas es
difícil que el cine trascienda el mero entretenimiento y aproveche de verdad
todo su potencial como un medio único para desarrollar, educar, informar y
crear riqueza.
El cine debería ser un
generador de ideas, emociones, valores, talentos y conciencias. Y también
generar industria. No deberíamos desaprovechar toda su potencialidad.
Cambiemos el cine entre
todos los que estamos vinculados al séptimo arte de una forma o de otra.
Aunque para ello tiene que haber una verdadera voluntad pata que así sea y nos hemos de salir de antiguos y caducos paradigmas por otros nuevos o renovados.
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