domingo, 30 de septiembre de 2018

Adiós cines, adiós

Esta entrada de blog, es una de las más tristes y nostalgicas que he escrito. Ya que me voy a referir a la desaparición, paulatina y continuada de los cines en general y de los de Madrid en particular.

No hace mucho fueron los cine Madrid, en la plaza del Carmen, los que cerrarón y en su lugar apareció la cadena Mediamarket. Pero hace unas semanas los cines Acteón, tambien ubicados en la misma plaza han echado su cierre. Del que no sabemos cual será su futuro y para que se utilizará su espacio, aunque no es difícil de imaginar...


La cantidad de salas y de cines que han desaparecido, en estos últimos años y el goteo continua inexorablemente. Las causas son múltiples, pero las principales son:
-Los cambios de hábitos a la hora de ver cine. Pues para ver una película de estreno, hay diversas formar de hacerlo sin pisar un cine como tal.
-El coste de las entradas y las subsiguientes palomitas, bebidas, etc. Que resulta bastante gravoso para un bolsillo medio.
-La calidad y tipo de películas que se proyectan y se programan. Si tenemos en cuenta que a las salas van sobre todo gente adulta, las películas ofrecidas, debierán de estar en consonancia con dicho público y no para el juvenil, que prefieren verlas en un móvil.
-La dificultad de moverse y aparcar en el centro de la ciudad. Si tienes suerte y hay algún parking libre, ya sabes lo que toca al retirar el coche. Y si lo dejas en la calle, a saber donde y como.
-Algunos cines, se habian quedado algo absoletos, en sus instalaciones, como por ejemplo la disposición de las butacas.
-Ha faltado imaginación, renovación y visión para encarar los tiempos actuales.
-Y sobre todo, las ofertas suculentas y casi irrechazables, de estas multinacionales, que han doblegado a los dueños de las salas de cine, que se han vendido al mejor postor ¡y a vivir!

Personalmente, siempre que he podido y estaba en Madrid, no me perdia la oportunidad de entrar y disfrutar de ver una película, en algunos de esos templos cinematográficos. El último fue en el Palacio de la Prensa, que de momento se mantiene y esperemos que asi siga por mucho tiempo.

Siempre quedará en mi memoria y almacenado como de los mejores recuerdos y vivencias, esas tardes de sábados y domingos, que me sentaba en una butaca, sólo o acompañado, para ver mi pelicula favorita y disfrutar de un rato, de esas historias que perduraran en mi recuerdo, forever.

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