El martes 19 de mayo asistí al evento organizado por DAMA (Derechos de autor de medios audiovisuales) dentro de su ciclo “Los martes de DAMA” que versaba sobre el test de Bechdel.
Como ya sabéis, el test es un sistema para evaluar la brecha de género en películas, cómics, obras de teatro, etc. También mide si una película tiene personajes femeninos interesantes.
Desde el surgimiento del test, ha pasado a generalizarse su uso como una forma sencilla de poner de relieve la poca presencia femenina en la industria del cine. Y a pesar de ser un test muy poco exigente, su aplicación a las películas más populares es muy reveladora. El test pone de manifiesto que prácticamente la totalidad de la industria del cine crea contenidos que pasan por alto el punto de vista femenino y se centran en una visión masculina que no refleja la realidad en términos de proporción de mujeres en la sociedad.
¿Y qué pasa con el cine español?
Según los últimos datos de CIMA (Asociación de mujeres cineastas) el porcentaje de mujeres protagonistas en nuestras películas es del 36 %, y sólo el 28 % de los personajes que hablan son femeninos. Parece evidente que el cine se queda corto al tratar a la mujer y no va en línea con los tiempos actuales. Porque no se trata solo de que aparezcan dos mujeres hablando, sino del contenido de la conversación y del impacto que esa conversación tiene para la narración.
¿Dónde está el problema?
Parece ser que las causas son múltiples. Por un lado, un escollo muy importante está en los productores o ejecutivos de las cadenas de TV que no se arriesgan a producir series o películas que no tengan claro que van a ser vistas. Y así, se hace lo de siempre, aunque hay una ligera tendencia al cambio. Por otro, la escasa presencia de la mujer en el ámbito cinematográfico. Sólo un 8% de los directores de cine español actual y solo un 15% de los guionistas, son mujeres.
Pero, ¿por qué hay tan pocas mujeres guionistas o directoras? Las universidades y escuelas de cine están llenas de mujeres, pero muy pocas llegan a ejercer. A la hora de luchar por sus ideas y proyectos parece que no confían en sus posibilidades o tiran la toalla porque saben que ningún productor español va a apostar por un guion donde la protagonista sea una mujer y el género no sea un drama.
Según Cecilia Bartolomé (directora de cine, guionista y productora, medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes en 2014), en cincuenta años se ha pasado de unas dos o tres mujeres directoras y guionistas a unas diez o doce.
¿Cómo es posible que se haya avanzado tanto en otros campos y tan poco en el cine? Ya va siendo hora de empezar a hablar de personajes femeninos “interesantes”, mujeres complejas, buenas, malas o regulares, con defectos, virtudes y planes más allá de los de ser madre, esposa o amante.
Una mujer puede ser tan oscura, brillante, mala o buena como un hombre. Y ya va siendo hora de que las mujeres que quieran ser cineastas tomen las riendas de su vida y apuesten por su visión con autoliderazgo.
Ante esta realidad, el coaching en las escuelas de cine o en las universidades donde se están formando los futuros guionistas, directores, técnicos, actores… cobra una relevancia fundamental. Desde Artistas del Cambio queremos acompañar y contribuir a formar cineastas capaces de liderar su vida y transmitir valores. Porque el cine es un medio único para crear, educar, informar, entretener y desarrollar riqueza y es un generador de ideas, emociones y conciencias.
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