viernes, 29 de septiembre de 2017

¿Caminamos juntos hacia un nuevo cine?


Hay motivos para la esperanza de la recuperación y función del cine en la sociedad. Tanto del que viene de fuera, como del que se hace aquí.
Voy a poner dos ejemplos recientes, una procede del Reino Unido, titulada Walk whith me (Camina conmigo) y la otra es La Llamada, realizada en España.
La primera es un documental sobre la vida en una comunidad budista en Plum Village en Francia y nos habla del Mindfulness y de como viven en esa comunidad, etc. y la segunda procede de una obra teatral de gran éxito, en la cual nos cuenta entre humor y canciones, como a una adolescente se le aparece Dios y lo que va a representar en su vida y en quienes la rodean.

Ambas de gran éxito de crítica y sobre todo de público. Un público heterogeneo, de todas las edades y condiciones. Películas, entretenidas, agradables, con valores, con conciencia y útiles para esta sociedad tan necesitada y que una gran parte de ella, esta harta de tanta violencia, fealdad y de sexo explicito, en las salas de cine.

Quiero relatar la experiencia que tuve en una de las sesiones a las que asisti para ver Camina conmigo, la cual comenzo con una sala en Madrid, y a la semana siguiente se habia triplicado y sigue en ascenso: En primer lugar la sala estaba llena y eso que compre la entrada con tiempo... Habia todo tipo de gente, jóvenes, mayores, adultos, etc. Habia un ambiente especial, muy expectante y silencioso. No veia palomitas y similares por ningun lado. Durante toda la proyección la gente estaba muy receptiva y de hecho casi no habia cambios de posturas ni movimientos. Algo raro al ser un documental, subtitulado, con muchos silencios y camara fija en un plano. Ni un bostezo, ni queja, ni abandono de sala. Pero lo tremendo fue al terminar, estaban finalizando los titulos de credito, con las luces ya casi encendidas y ¡nadie se movia del asiento, ni decian nada! Se respiraba una quietud, una serenidad, una vibración de conciencia y reflexión, que nunca habia vivido en una sala de cine.
Muy poco a poco, la gente se fue moviendo, levantandose y marchandose como flotando y de hecho se equivocaban de salida, estaban mejor dicho estabamos, en otra dimensión. ¡Fue increible! ¡Que bonito y que hermoso!

Esto demuestra el poder del cine y de las obras que se proyectan, no solamente en los creadores, sino sobre todo en los espectadores. Todos salimos en un estado muy diferente al que entramos ¡mucho mejor! La Conciencia era la protagonista y el ego el secundario.

Lo mismo sucede, aunque de otra forma con La Llamada, colas para ver la función y ahora para ver la película. Esto demuestra que ¡hay público! ¡las salas se llenan! ¡funcionan en taquilla! No hace falta hechar carnaza, para que la gente pase por taquilla. Y lo más importante, el cine recupera su verdadera finalidad y función, que además de entretener, forma, enseña y despierta conciencias.

Hago "la llamada" y "camina conmigo", para que el cine sea lo que debe y tiene que ser: ¡el 7º Arte!