lunes, 29 de abril de 2019

La hoguera de las vanidades y demás


No termino de entender, el motivo de tantas fiestas y celebraciones en el mundo del cine especialmente, salvo que sea por dar rienda suelta y alimento a la vanidad, el orgullo, el exhibicionismo, en una palabra al ego.
Si es esta la razón, pues como en otros muchos aspectos de dicho sector, habría que revisarlo y reflexionar sobre ello. Pues mucha gente, espectadores y público en general, tanta ostentación, fiesta y kilos de vanidades, les aparta y aleja de nuestro cine y de quienes lo conforman.
Si los cómicos de antaño, levantarán la cabeza y vierán lo que se hace en su profesión, como mínimo se caerian de espaldas y posiblemente un sentimiento de verguenza ajena y de rubor les inundaria.
En ninguna otra profesión o sector, se ve algo similar y en muchas de ellas, seguramente tendrián más motivos y razones para hacer celebraciones, premios, etc. como pueden ser los inventores, investigadores, sanitarios, educadores, voluntarios, bomberos, policia, etc. En cambio nada se sabe de ellos, pasan inadvertidos, no aparecen en los medios, premios ninguno, etc.


Dijo en cierta ocasión, Alex de la Iglesia, cuando era presidente de la Academia y en uno de los certamenes de los Goya, que habia que tener más humildad en la profesión, pues entre otras cosas no se salvaban vidas, como hacen los cirujanos en un quirófano. Pero me temo que se quedo en unas bonitas palabras y poco más.
Es cierto que hay mucha gente de la profesión, que no acude a ninguna fiesta e incluso se niega a recoger premios, algo ejemplar y loable, pero en otros muchos casos el postureo y la vanidad, se lleva como bandera.
Encima, es un mal ejemplo para aquellos y aquellas que quieren dedicarse a ese oficio, pues se les llenan los ojos de alfombras rojas, premios, fotos, fiestas, vestidos, joyas, fama... Cuando en verdad no es así. Por esa razón, muchos y muchas se desilusionan, si pasa el tiempo y no están en un photocall, festuqui o recogiendo premios.
Hay que dignificar y envolver a esta profesión de humildad, sencillez y autenticidad y no de tanta falsedad, soberbia y vanidad.


 Alcohol, drogas, sexo, desenfreno, etc. suelen ser los componentes de esa hoguera de las vanidades, donde los autenticos valores quedan muy por debajo de las alfombras, sino enterrados en el subsuelo.  Y no me vale que quierán justificarlo con el tema de relacionarse, socializarse y contactar para futuros proyectos, como el de premiar una labor aplaudida y premiada. Hay otras formas y maneras donde se pueden lograr esos objetivos, sin caer en lo que estoy exponiendo. Si hemos de ser sinceros pocos trabajos merecen en verdad un reconocimiento y un aplauso. En los cuales se pueda decir que se esta aportando algo positivo a esta sociedad en la que vivimos, pues de 25 trabajos, sobran dedos de una mano los que se salvan por su valor social, cultural. educativo y de reflexión. El resto mejor sería que se lo hicierán ver y menos aún el pavonearse, presumir y premiar dichos trabajos.


El Arte y por lo tanto el artista creador, es sencillo, humilde, cercano, verdadero y sobre todo consciente de lo que es y de lo que hace. Un artista se hace y crece, desde dentro y en silencio y no desde fuera y con mucho ruido y ya se sabe el resultado de ello: pocas y malas nueces.