martes, 26 de marzo de 2019

El Cine y las emociones

Decir que el Cine y las emociones, son algo que van unidas y que están intimamente relacionadas, no es nada nuevo. Desde su origen, se vió muy claro como las proyecciones de las películas, incluso mudas, producián emociones de todo tipo: risas, tristezas, alegrías, miedos, etc. Por algo al 7º Arte se le denomina en muchas ocasiones como "fábrica de emociones".
Al ser un Arte muy completo, pues hay imagen y sonido, las emociones se disparán, en todas las direcciones, emergiendo muchas de ellas de nuestras vivencias y experiencias que se albergan en nuestro subconsciente.
Ultimamente se han recogido y demostrado (neurociencia) como las películas, actuan no sólo sobre el centro emocional, sino también en el mental. Influyendo en ciertas areas del cerebro y esto provoca ciertos comportamientos, a veces inconscientemente, en nuestras relaciones, en nuestra vida diaria, tanto personal como profesional.
De ahi la gran responsabilidad de los creadores, al realizar sus obras y la de los espectadores al elegir que tipo de película vamos a ver en un momento dado.
Quiero dejar dos ejemplos sobre esto, los cuales son muy recientes. Una es a traves de un tratado o libro de Angeles Wolder, titulado: El reflejo de nuestras emociones, la descodificación de los sentimientos a través del cine y la otra es la nueva película de Pedro Almodovar: Dolor y Gloria.


No voy a desvelar nada de ambas obras, pues aconsejo el leerla y visionarla, pero resumiendo, ambas nos hablan de como el cine puede ser una de las mejores terapias para desbloquear y ordenar nuestro subconsciente, el cual nos limita, nos hace estar dormidos y dominados por todo tipo de programas y experiencias, muchas de ellas traumáticas, que proceden en muchos casos desde la etapa prenatal.
No os perdaís las entrevistas de la autora del libro y del director y su principal protagonista Antonio Banderas, pues desvelan muchos aspectos, de los que aqui os comento.
Pero de la misma forma que el Cine puede ser terapeutico, liberador y sanador, también puede ser lo contrario, es decir enfermizo, desequilibrador y facilitador de más exclavitud tanto mental como emocional. Como decia el famoso periodista deportivo José María García: ¡ojo al dato!