El manifestarnos con nosotros mismos, con nuestra propia verdad nunca nos hace daño porque todo ser humano debe conocer lo que hay dentro de él. Sin embargo, quien conoce su verdad sabe de la entereza de su alma abierta y es capaz de entender el porqué de sus movimientos y la resonancia de sus voces… quienes conocen la verdad, la vida, los porqués y para qués… se juntan en un punto concéntrico que es lo que podríamos llamar, algo así como conciencia exacta de las cosas del corazón y las causas que las producen.
O somos tal como nos manifestamos en nuestro diario vivir o estamos traicionando a nuestra propia esencia personal. Y no hay peor cosa para vivir como pleno ser humano que construir una pesada carga de autoengaños vivenciales. La verdad de toda nuestra presencia en la vida es la única que, realmente, nos significa como verdaderos en cada momento y la única que quedará de nosotros cuando nos hayamos ido… así que manifiestate en tu verdad y sé luz de tu esencia en lugar de figura fantasmal de tu sombra o a la sombra de otros.
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